FIB está apoyando firmemente el desarrollo de un proceso de producción que utiliza preparaciones de C.D. “water-based”, sin el uso de disolventes orgánicos.
Este proceso permite reducir las emisiones atmosféricas en el ambiente tanto por el menor consumo energético de la instalación derivado de la ausencia de un sistema de recuperación de los disolventes químicos (la solución acuosa es reciclada e introducida nuevamente en el ciclo productivo) como por una menor temperatura presente en algunos procesos. El uso del agua en sustitución de los disolventes permite una mayor seguridad y flexibilidad en el futuro proceso de reciclaje de la batería, ya que no será necesario tratar el disolvente al final de su vida útil.

FIB, además de producir celdas y módulos con procesos completamente automáticos, también fabrica paquetes de baterías completos.

Con su producción vertical, FIB incluye en el proceso también el diseño, la personalización y la realización del Battery Management System (BMS), para la gestión de la batería y su seguridad y garantizando una fuerte versatilidad del producto final. Nuestro enfoque del mercado es integrar sistemas completos, desde la producción de la celda hasta la realización del paquete de baterías.

FIB, a través del desarrollo del segundo proyecto de Teverola 2, también realizará una línea piloto para la recuperación de baterías de iones de litio al final de su vida útil, con el objetivo de recuperar los metales contenidos en la materia activa, respetando plenamente los principios fundamentales de la Economía Circular y la Economía Verde, y aprovechando al máximo los conocimientos sobre los procesos de recuperación de residuos.

Repitiendo lo realizado para las baterías de plomo, produciremos todos los componentes de los acumuladores de litio, controlando toda la cadena productiva: ánodo y cátodo ensamblaje celdas formación celdas, ensamblaje módulos y acumuladores de litio, realizando internamente también la electrónica para el BMS (Battery Management System), que hace posible la gestión y el control del acumulador y de la comunicación con cualquier aparato conectado.

En 2017, la compañía eligió centrarse en una química LFP (litio-hierro-fosfato), en lugar de una química NMC (níquel-cobalto-manganeso) o NMC-high-níquel (con reducción de los niveles de cobalto).

Una elección estratégica que, en nuestra opinión, combina la seguridad con el alto rendimiento y la sostenibilidad de los materiales utilizados.